Identidad digital y CSC

De la identidad digital a la identidad autosuficiente: el individuo en el centro de un ecosistema colaborativo integrado para una identidad digital fluida en continuo enriquecimiento.

El despliegue de sistemas de identidad digital permitiría a unos 1.700 millones de personas acceder a los servicios financieros y reduciría en cerca de un 90% los costes asociados a los procesos de onboarding. Aunque se han desarrollado soluciones de identidad digital en algunos contextos, el escenario actual se caracteriza por ciertas criticidades, vinculadas al nivel de centralización de cada ámbito. Esto conduce a una interacción fragmentada en silos entre cada organización individual y sus usuarios, lo que hace necesario que en cada dominio se repitan las actividades destinadas a definir y verificar los atributos de identidad de un sujeto. Se produce así una falta de confianza y seguridad. Por lo tanto, el objetivo es desarrollar un ecosistema colaborativo, diferenciado e integrado. La creación del ecosistema, debe permitir proporcionar un flujo de información que pueda dar una representación digital detallada y completa de la identidad de un sujeto. En este sentido, es necesario que el usuario comience a ser titular de su propia identidad. Blockchain Para ello, es posible prever el desarrollo de un sistema de identidad descentralizado basado en , en el que la confianza entre contrapartes se implemente a través de mecanismos descentralizados especiales capaces de proporcionar pruebas matemáticas de la veracidad de la información. En este contexto, son fundamentales las credenciales verificables (CV) y los identificadores descentralizados (DID). Las primeras son declaraciones, realizadas por un tercero certificador, sobre una identidad y caracterizadas por pruebas criptográficas; los segundos son identificadores firmados criptográficamente. Una vez creado un DID, puede vincularse un número potencialmente infinito de credenciales. Esto permite que la identidad digital evolucione hacia el concepto de identidad autosuficiente (Self Sovereign Identity, SSI), según el cual cada individuo tiene el control total de su propio conjunto de identificadores y credenciales para definir su identidad.
Sin embargo, en un ecosistema más orientado a los negocios, puede que no sea tan eficiente disponer de un abanico de datos demasiado diverso y amplio, teniendo que intentar minimizar los datos recopilados hacia aquellos que puedan dar lugar a una mayor creación de valor. Al mismo tiempo, cada institución debe ser consciente de que, si bien cada dato tiene intrínsecamente un cierto valor, éste puede incrementarse compartiéndolo e integrándolo con otros datos. Por lo tanto, el ecosistema debe estructurarse de tal manera que se cree un modelo de incentivos para compartir capaz de generar una ganancia para cada parte, superando así la lógica tradicional de "celos por los datos". Al mismo tiempo, cada usuario, como propietario de los datos, debe tener una visión clara de los beneficios que puede obtener, es decir, de las necesidades que puede satisfacer y de los servicios a los que puede acceder, para que se sienta más inclinado a compartir. Además, la integración de los canales off-line y on-line debe garantizar que la identidad del sujeto sea fácilmente reconocible durante el proceso de incorporación. Por lo tanto, es necesario explorar ambas experiencias de usuario para comprender qué operaciones puede permitir realizar con mayor eficacia el onboarding digital y cuáles son sus limitaciones, que podrían resolverse mediante el onboarding físico. El objetivo es definir una instantánea ya no estática sino dinámica del perfil del usuario, definiendo así una identidad digital fluida en continuo enriquecimiento. De este modo, la identidad se concibe como un "camino de acontecimientos", cada uno de los cuales puede reforzar y validar atributos específicos del sujeto.
En la gestión de los proyectos de identidad digital, sin duda ayudaría disponer de disposiciones legales y reglamentarias capaces de permitir la plena aplicación de las plataformas. Blockchain En este sentido, la característica de personalidad de la información relacionada con la identidad nos obliga a reflexionar sobre tres cuestiones derivadas de la aplicación de los derechos y requisitos consagrados en el GDPR en este contexto: la identificación de los datos como personales, la relación entre la característica de inmutabilidad y los requisitos de exactitud y limitación de la conservación de datos, y la identificación de las entidades responsables del tratamiento de datos. Blockchain Sin embargo, las dos últimas cuestiones críticas, aunque de actualidad, suelen quedar fuera del debate relacionado con la ejecución de proyectos en los ámbitos de la banca y los seguros, ya que es habitual preferir modelos caracterizados por el uso de bases de datos externas para el almacenamiento y la gestión de los datos, que pueden resolverlas.